LA CREACIÓN DE ADÁN, EL PADRE DE LA HUMANIDAD

En su sabiduría y voluntad, Dios dispuso en la Tierra quien viviese en ella, la utilizara con responsabilidad, se reprodujese y garantizase por la sabiduría divina su continuidad en la Tierra, para que la vida sea una morada de pruebas y se evidencie quién es el siervo que verdaderamente obedece y el que no; quién es el creyente y quién el incrédulo desagradecido. Dice Dios, enaltecido sea: Y [menciona, oh, Muhámmad] cuando tu Señor le dijo a los ángeles: “He de establecer en la Tierra a quien la herede”, dijeron: “¿Pondrás en ella a quien la corrompa [devastándola] y derrame sangre siendo que nosotros te glorificamos y santificamos?” Dijo: “Yo sé lo que ustedes ignoran”. (2:30)

Este ser fue Adán (con él sea la paz), el padre de la humanidad, dentro del universo, la última creación de Dios, bendito y enaltecido sea.

Fue creado un día viernes tal como lo explicó el Mensajero de Dios (con él sea la paz y las bendiciones): “El mejor día en el que sale el sol es el día viernes, en él fue creado Adán, ese día fue ingresado al Paraíso, un viernes fue expulsado de allí, y el Día del Juicio no tendrá lugar sino un viernes”.

Por eso es que Dios eligió para los musulmanes el día viernes, para sea una fiesta semanal. Por el rango de Adán ante Dios, les ordenó a los ángeles que le hicieran un saludo reverencial, ennobleciéndolo así y reconociendo su importancia al crearlo, insufló en él su espíritu, y todos los ángeles obedecieron la orden divina, excepto Iblís (el demonio), que desobedeció a Dios y se negó a hacer el saludo reverencial por la envidia y soberbia que sentía en su interior hacia esa creación que Dios había ennoblecido. Nos informa el Altísimo al respecto en el Sagrado Corán: Recuerda [¡oh, Muhámmad!] cuando tu Señor dijo a los ángeles: “Voy a crear un hombre de barro. Y cuando lo haya plasmado y haya soplado en él su espíritu, hagan una reverencia [en obediencia a Mí] ante él”. Todos los ángeles hicieron la reverencia. Excepto Iblís, quien fue soberbio y se contó entre los incrédulos. Dijo Dios: “¡Iblís! ¿Qué te impide hacer una reverencia ante lo que creé con Mis dos manos? ¿Te niegas a hacerlo por soberbia o porque te crees un ser superior?” Dijo [Iblís]: “Yo soy superior a él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él lo creaste de barro”. Dijo Dios: “Sal de aquí, pues te maldigo. Y esta maldición pesará sobre ti hasta el Día del Juicio”. Dijo [Iblís]: “¡Oh, Señor mío! Permíteme vivir hasta el Día de la Resurrección”. Dijo Dios: “Te concedo la prórroga que Me pides, hasta el día cuyo término está prefijado”. Dijo [Iblís]: “¡Juro por Tu poder que los descarriaré a todos, excepto a quienes de Tus siervos hayas protegido!” Dijo Dios: “La verdad es [lo que he jurado], y la verdad declaro: He de llenar el Infierno contigo y todos los que te sigan”. (38:71-85)

La creación de los cielos y de la Tierra precedieron a la creación de Adán (con él sea la paz). En Su sabiduría Dios quiso que tuviera descendencia con su esposa Eva. Dios, glorificado sea, dispuso que el ser humano pudiera utilizar y beneficiarse de toda la creación, para desarrollar una vida digna. Dios dice al respecto: ¿Acaso no ven que Dios puso al servicio de ustedes cuanto hay en los cielos y en la Tierra, y los colmó de Sus bendiciones, algunas de las cuales ven y otras no? A pesar de esto, entre la gente hay quienes discuten acerca de Dios sin conocimiento, guía ni libro revelado. (31:20)

Para que sea también un sitio de reflexión y meditación que lo condujese a conocer al Creador. Dice Dios, enaltecido sea: En la creación de los cielos y de la Tierra, y en la sucesión de la noche y el día, hay signos para los dotados de intelecto, que invocan a Dios de pie, sentados o recostados, que meditan en la creación de los cielos y la Tierra y dicen: “¡Señor nuestro! No has creado todo esto sin un sentido. ¡Glorificado seas! Presérvanos del castigo del Fuego. (3:190-191)