Le besoin des gens pour les messages et les messagers
La humanidad se encontraba en una necesidad imperiosa por los Mensajeros y sus enseñanzas, al igual que la necesidad de comer y beber, necesitaban aprender a través de ellos acerca de su Creador, para que su forma de vida se corrigiese, sus corazones se iluminasen, se encaminasen correctamente sus mentes, para aprender a través de ellos su porqué en la Tierra y la íntima relación de la fe en sus vidas, para no desviarse y caer en obscenidades y pecados, para saber sus derechos y deberes con respecto al Creador, con ellos mismos y con sus semejantes.
Dijo el sabio Ibn Al-Qaiim explicando esta realidad: “Se puede entender la imperiosa necesidad de los siervos por conocer al Mensajero y el mensaje que traía consigo, creer en lo que informaba, obedecerle lo que ordenaba, ya que no existe camino a la felicidad en este mundo ni en el Otro, salvo a través de las enseñanzas de los profetas. No hay forma de saber lo que es bueno o malo detalladamente salvo a través de sus enseñanzas.
No se puede alcanzar la complacencia de Dios excepto siguiendo sus pasos. Las obras, las buenas palabras y la moral correcta no se alcanza sino a través de los Mensajeros. Ellos son el parámetro firme, pues a través de ellos se diferencian quiénes siguen la guía y quiénes el desvío. La necesidad que tiene el ser humano de la orientación de un Profeta es mayor que la que siente el cuerpo por el alma y el ojo por la luz, todo tiene una determinada necesidad y la del siervo es por los Mensajeros muy por encima de todas las necesidades, pero esto solo lo perciben los corazones vivos.