Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones)
El Mensajero Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), el Profeta árabe, iletrado, descendiente de Ismael hijo de Abraham padre de los Profetas (con ambos sea la paz). Muhammad fue el último de los Mensajeros, el sello de la Profecía, y el mejor de todos, fue enviado a toda la humanidad.
Nació en La Meca, huérfano de padre, y a los pocos años perdería también a su madre siendo aún un niño. Se hizo cargo de él su abuelo ´Abdul Muttalib, luego su tío Abu Talib. Fue pastor, durante un tiempo, de los rebaños de la gente de La Meca.
Dios lo envió para toda la humanidad, no sólo para los árabes. Lo envió para que toda la humanidad alcance la felicidad, para explicarles cuál es el camino de la Verdad y el bien, y para prevenirlos acerca del camino de la falsedad y lo perjudicial.
La vida del Mensajero de Dios (con él sea la paz y las bendiciones) estuvo colmada de sinceridad y honestidad, no se le conoció traición ni mentira alguna. Su pueblo lo conocía como al-Amín (el confiable), por lo que le dejaban a su cuidado parte de sus pertenencias cuando viajaban. Le llegó la revelación a los cuarenta años. Permaneció en La Meca trece años invitando a la gente a la unicidad de Dios y dejar la adoración de los ídolos. Luego emigró a al-Medina al-Munawarah, allí invitó a la gente al Islam, y lo aceptaron en su mayoría. Allí Dios le reveló el resto de la legislación islámica.
Luego de ocho años de haber emigrado liberó la ciudad de La Meca de toda idolatría, y falleció a los sesenta y tres años de edad luego que Dios le revelase la totalidad del Corán, y completase la legislación islámica. Los árabes ingresaron al Islam y sus seguidores transmitieron la fe por todos los rincones de la Tierra y hasta la actualidad sigue la gente ingresando a esta religión grandiosa con total convicción sabiendo que es la Verdad tras acceder a las fuentes verídicas