Conclusión

Jesús (con él sea la paz) es el único Mensajero sobre el que han surgido muchas discrepancias. Algunos lo insultaron gravemente, lo consideraron hijo de fornicación y lo desmintieron. Otros se fanatizaron con su persona, otorgándole cualidades divinas, diciendo que es el hijo de Dios, o parte de una trinidad divina. Dios guió a los musulmanes hacia la verdad sobre Jesús (con él sea la paz), por lo que nuestras palabras sobre Jesús son un término medio entre las dos posiciones exageradas. Los musulmanes creemos que Jesús es el Siervo de Dios y Su Mensajero tal como fue afirmado en el Sagrado Corán.

Esta es la realidad sobre Jesús (con él sea la paz). Los musulmanes lo amamos y nos acercamos a Dios a través de dicho amor. Creemos que fue un hombre piadoso, honesto, lejos de las obscenidades, de la injusticia, un noble Mensajero, perteneciente a la cadena de Profetas y nobles Mensajeros. Creemos que no amarlo y no creer en su Mensaje significa renegar del Islam, desmentir al Corán, y desmentir al mejor de los Mensajeros Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), y es un motivo para ser castigado en el Fuego.

La realidad de la virgen María (con ella sea la paz) como lo explica el Sagrado Corán y lo explicó el Mensajero de Dios (con él sea la paz y las bendiciones) y creen los musulmanes es que fue una mujer pura, casta, inocente de toda obscenidad, perteneciente a una familia noble y generosa.

Estoy seguro que toda persona justa que lea en el Sagrado Corán sobre este noble Profeta, reconocerá que es la verdad que se debe seguir, y estoy seguro que no existe libro alguno ni religión, que ennoblezca, le dé el lugar de importancia pertinente y honre a esta familia y a este Mensajero como lo hace el Islam, ya que le da el lugar y el rango de siervo de Dios.

Todos los Profetas debieron soportar persecuciones, por llamar a la adoración de Dios, ser desmentidos, algunos asesinados, otros puestos en prisión por sus pueblos, ya que se presentaban con creencias que discrepaban en la mayoría con las falsedades que ellos practicaban, e incluso con la organización social injusta y le ponían un freno a las pasiones demoníacas y desviadas.

Noé (con él sea la paz) tuvo que soportar tormentos por parte de su pueblo durante novecientos cincuenta años, tuvo paciencia, esperanzado en la recompensa divina, y fue salvado por Dios, pero los incrédulos de su pueblo fueron destruidos con el diluvio.

Abraham (con él sea la paz) fue desmentido por su pueblo, arrojado al fuego, Dios hizo que el fuego sea para él paz y frescor. Dios destruyó a su enemigo y lo socorrió.

Moisés (con él sea la paz) fue desmentido por el Faraón, quien se confabuló contra él e hizo todo lo posible para matarlo. Dios lo socorrió y destruyó ahogando a su enemigo y su ejército.

Jesús (con él sea la paz) fue de los Mensajeros que desmintió y rechazó el pueblo de Israel, dijeron cosas de él de las cuales era totalmente inocente, que era un hijo producto de la fornicación, que su madre era una fornicadora, para intentar apartar a la gente de él, como también se propusieron matarle, pero Dios lo salvó elevándolo al cielo y le dieron muerte a quien le fue dado un parecido a Jesús. Dios socorrió a sus seguidores y fueron los victoriosos.

Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones) tuvo que soportar por parte de los incrédulos de Quraish terribles persecuciones, ser desmentido, humillado, y hasta intentaron matarlo, pero Dios lo socorrió, afirmó, humilló a sus enemigos, e hizo que triunfara su religión aunque ello disguste a los incrédulos.

Jesús (con él sea la paz) no fue Dios, o el hijo de Dios, o parte de una trinidad, exaltado sea Dios Quien está exento de todo eso. Si fuera como pretenden, habría podido infundir la fe en los corazones de toda la gente y hubieran creído mientras fuese su voluntad ¿Cómo no pudo hacerlo? Si fuera Dios ¿Por qué no pudo defenderse y dominar a su creación cuando quisieron matarlo? Si fuera el hijo de Dios ¿Cómo es posible que acepte que asesinen a su hijo?

La realidad es que los enemigos de Jesús intentaron todo esto para distorsionar su imagen bendita, pura, piadosa, para apartar a la gente de él. De esto no pudo escapar ningún Profeta, incluso Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), Dios explica cómo era, desde la envidia, la forma de razonar de su pueblo: Y dijeron también [desdeñando al Profeta]: “¿Por qué no le fue revelado este Corán [en lugar de a ti] a un hombre distinguido de alguna de las dos ciudades?” ¿Acaso son ellos los encargados de repartir la misericordia de su Señor? Soy Yo Quien concedo el sustento en la vida mundanal y elevo en grados a algunas personas sobre otras, para que así se sirvan y beneficien unos a otros. Sepan que la misericordia de su Señor es mejor que lo que pudieran acaparar [de bienes materiales en esta vida]. (43:31-32)

Ciertamente Dios, glorificado y enaltecido sea, nos ha agraciado con el uso de la razón, lo que nos distingue de otros de la creación, para que obremos con esta razón, y reflexionemos acerca de lo que es verdadero y lo que es falso, lo correcto y lo erróneo. No existe nada en la religión de los Profetas que difiera con la naturaleza humana, y la razón sana, aquel que sea dominado y seducido por Satanás se apartará del camino correcto, cayendo en el desvío.

Querido lector, cuéntate entre quienes leen y reflexionan, compara detenidamente y al hacerlo sigue las palabras buenas para ser de aquellos a quienes Dios elogia diciendo: Quienes se aparten de los ídolos negándose a adorarlos y se vuelvan a Dios, serán los bienaventurados. Albricia [¡oh, Muhámmad!] a Mis siervos que escuchan todo lo que se dice, pero siguen lo mejor [la palabra de Dios y Su Mensajero]. Ellos son los guiados por Dios, son los dotados de entendimiento. (39:17-18)

Le hago esta invitación a todo no musulmán, a la Gente del Libro en particular (judíos y cristianos), es una llamada sincera, es una guía divina, con la cual invitó Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones) a quienes discreparon en la antigüedad sobre la realidad de Dios. Dios dice al respecto: Di: “¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común: No adoraremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie como divinidad fuera de Dios”. Pero si no aceptan digan: “Sean testigos de que nosotros solo adoramos a Dios”. (3:64)

Purifiquen sus corazones de la exageración y el rencor, porque ello enceguece la vista y el entendimiento, apartándolos de la verdad, ya que estos sentimientos apartaron los corazones de muchas personas, enceguecieron su vista y su entendimiento, apartándolos de la verdad. Dios dice en el Sagrado Corán: Muchos de entre la Gente del Libro quisieran que renegaran de su fe y volvieran a ser incrédulos por la envidia que les tienen, [incluso] después de habérseles evidenciado a ellos la verdad. Pero perdonen y disculpen hasta que Dios decida sobre ellos. Dios tiene poder sobre todas las cosas. (2:109)

A los judíos y cristianos se les había albriciado la venida de un Mensajero que sería el sello (el último). Muchos pensaron que pertenecería al pueblo de Israel, sabían que aparecería en la zona de Medina, que era llamada Yazrib, por ello, se habían congregado allí y en sus alrededores. Pero cuando llegó y no era lo que esperaban, pues había sido enviado un árabe llamado Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), no le creyeron y se apartaron de él. Dios sabe a quien concederle Su Mensaje por su sabiduría. Dice en el Corán: Cuando les llegó el Libro de Dios [el Corán] que confirmaba lo que ya tenían [en la Tora], a pesar de que antes oraban [para que llegara el Profeta que los guiase a] la victoria contra los incrédulos, cuando se les presentó [el Mensajero] lo reconocieron [pero como no era judío], no creyeron en él. ¡Que la maldición de Dios caiga sobre los que niegan la verdad! (2:89)

El mensaje que portan los musulmanes e intentan transmitir a los demás proviene del amor que tienen por el prójimo. El musulmán desea el bien de su prójimo tanto en la vida mundanal ya que es importante el bien de la sociedad que lo rodea, ya que mediante el establecimiento de ella puede hacer llegar el Mensaje de su Señor, procurando una sociedad justa, como también el deseando el bien para toda persona en el Más Allá, transmitiendo las enseñanzas de la religión espiritual y ello sea un motivo que lo haga merecedor para ingresar al Paraíso y salvarse del Infierno, lo que los mueve a hacer esta divulgación y seguir las directivas divinas en las palabras del Sagrado Corán: Que siempre haya entre ustedes un grupo que invite al bien, ordenando lo bueno y prohibiendo lo malo. Ésos serán los bienaventurados. (3:104)

Finalmente deseo que este libro sea el comienzo de la investigación verdadera y deje de lado la dependencia ideológica para todo aquel que tenga intenciones firmes de conocer el camino correcto. Mis deseos son sinceros para toda persona que alcance la felicidad la cual es en lo que se centra nuestra creencia en Dios. Dice el Sagrado Corán: Los corazones de los creyentes se sosiegan con el recuerdo de Dios. ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios que se sosiegan los corazones? (13:28)

Estoy convencido como musulmán que el ser humano no va a alcanzar el bienestar salvo bajo la sombra de una religión grandiosa, que conceda a cada uno sus derechos, ya sea en las relaciones humanas, físicas o espirituales. Esta felicidad se encuentra en el Islam. La miseria espiritual y de valores que enfrentan las comunidades no islámicas, a pesar de haber llegado tan lejos en la diversión, progreso y desarrollo es producto en un porcentaje a su alejamiento de la fe en Dios, una fe correcta que se erija en el monoteísmo. No tener fe en Dios es un motivo para la desdicha y la miseria. Dios dice en Su Libro: Pero quien se aleje de Mi recuerdo [Mi religión] llevará una vida de tribulación, y el Día del Juicio lo resucitaré ciego. (20:124)

El texto coránico es claro en las pruebas acerca que la religión para Dios es una, y que Dios envió a los Profetas (con ellos sea la paz) que se complementan unos con otros, empezando por Noé (con él sea la paz) y culminando con Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), como lo explica el Mensajero de Dios Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones) cuando dijo: “El ejemplo de mí persona y los Profetas que me precedieron es como un hombre que edifica una casa, la decora y embellece, pero deja un ladrillo sin colocar en un rincón; la gente la recorre y se asombran por su belleza y dice: Cómo no colocó el ladrillo que falta”, agregó: “Yo soy el ladrillo y soy el sello de los Profetas”.

Nuestro último ruego es una alabanza a Dios, Señor del Universo, y que la paz y las bendiciones sean con todos los Mensajeros.