Las cualidades de los seguidores de Jesús
Dios describe en el Sagrado Corán a los verdaderos seguidores de Jesús (con él sea la paz) como personas piadosas, compasivas, amantes de la religión aferrados a ella: Después de ellos envié a Mis Mensajeros: a Jesús, hijo de María, le revelé el Evangelio, e infundí en los corazones de quienes lo siguieron la compasión y la misericordia. Ellos establecieron el monacato sin que se los hubiera prescrito, solo por deseo de satisfacer a Dios, pero aun así no lo observaron como debían. A quienes de ellos hayan creído los recompensaré, pero muchos fueron corruptos. (57:27)
Dios también los describe en el Corán como siervos que se apresuraron a aceptar la Verdad y socorrer a Jesús (con él sea la paz) para divulgar su Mensaje. Dios ordena a los musulmanes a actuar como los discípulos de Jesús y a apresurarse en socorrer al Mensajero Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones), y que lo ayudan a divulgar el Mensaje y pidiéndoles que los imiten en esa actitud virtuosa. Dios, enaltecido sea, dice: ¡Creyentes! Socorran [la religión de] Dios como lo hicieron los discípulos de Jesús, el hijo de María, cuando les dijo: “¿Quiénes me socorrerán en la causa de Dios?” Los discípulos respondieron: “Seremos los socorredores de [la religión de] Dios”. Pero un grupo de los Hijos de Israel creyó [en la profecía de Jesús] y otro grupo rechazó su Mensaje. Entonces di Mi apoyo a los creyentes y así vencieron a sus enemigos. (61:14)
Luego Dios dice que los auténticos seguidores de Jesús son los que más amor sentían por los musulmanes, ello, porque Muhammad (con él sea la paz y las bendiciones) vino después de su Profeta en un tiempo relativamente corto, y con un mensaje similar de amor y compasión, a diferencia del discurso estricto y riguroso que manejaban los rabinos del pueblo de Israel en aquella época. Dios, enaltecido sea, dice en el Corán: Verás que los peores enemigos de los creyentes son los judíos y los idólatras, y los más amistosos son quienes dicen: “Somos cristianos”. Esto es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes que no se comportan con soberbia. Cuando escuchan lo que le ha sido revelado al Mensajero, ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la verdad, y entonces dicen: “¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos entre quienes dan testimonio [de la verdad del Islam]. ¿Y por qué no íbamos a creer en Dios y en lo que nos ha llegado de la verdad? Esperamos que nuestro Señor nos introduzca [al Paraíso] junto a los justos”. Dios les recompensará por su testimonio con jardines por los que corren ríos, en los que estarán por toda la eternidad. Ésa es la recompensa de los que hacen el bien. (5:82-85)