María (con ella sea la paz):

El Generoso Corán califica a María hija de ´Imrán, madre del Profeta Jesús (con él sea la paz) como una mujer sincera, fiel, virgen y pura, la cual fue criada en un hogar rodeada de recato. En diversas ocasiones, la menciona como una sierva piadosa, pura y temerosa de Dios. Dice en el Corán: También el ejemplo de María, hija de ‘Imrán, quien preservó su castidad; infundí en ella de Mi Espíritu. Ella creyó en la veracidad de las Palabras de su Señor y en Sus Libros, y fue realmente una mujer devota. (66:12)

El Sagrado Corán afirma que la virgen María (con ella sea la paz) fue el resultado del ruego bendito de su madre. Dios, el Altísimo, dice: Cuando la esposa de ‘Imrán dijo: “¡Señor mío! He realizado el voto de entregar a Tu exclusivo servicio lo que hay en mi vientre. ¡Acéptalo de mí! Tú todo lo oyes, todo lo sabes”. (3:35)

Esta súplica piadosa fue el motivo para que Dios la protegiese y también a Jesús (con él sea la paz), y Satanás no les pudiese hacer ningún daño. Dios aceptó su ruego y bendijo a María (con ella sea la paz) con algunas particularidades que indicaban su importancia. Por ejemplo, le llegaba el sustento de otros lugares y fuera de estación. Se hizo cargo de ella su tío Zacarías (con él sea la paz), un Profeta piadoso, tal como nos dice Dios, enaltecido sea: Cuando dio a luz dijo: “¡Señor mío! He tenido una hija”, y Dios bien sabía lo que había concebido. “No puede servirte una mujer [en el templo] como lo habría hecho un varón. La he llamado María, y Te imploro que la protejas a ella y a su descendencia del maldito demonio”. El Señor la aceptó complacido, e hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Cada vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y le preguntaba: “¡María! ¿De dónde obtuviste eso?” Ella respondía: “Proviene de Dios, porque Dios sustenta sin medida a quien quiere”. (3:36-37)

La virgen María (con ella sea la paz) fue una sierva devota sin parangón en su época. Por eso Dios la eligió por encima de todas las mujeres de su época. Los ángeles se lo albriciaron, tal como lo narra el Sagrado Corán: [Recuerda] cuando los ángeles dijeron: “¡María! Dios te ha elegido por tus virtudes y te ha purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del mundo. ¡María! Conságrate a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes”. (3:42-43)

Dios la honró aun más al ponerle su nombre a un capítulo completo del Sagrado Corán: “sura Mariam”, el diecinueve del sagrado Corán. Es el único capítulo en el Corán que se titula con el nombre de una mujer. En este capítulo solo hay elogios para María, tales que ni siquiera los libros sagrados del Cristianismo tienen. Es digno de mencionar que en el Sagrado Corán ningún capítulo lleva el nombre de alguna de las esposas del Mensajero de Dios (con él sea la paz y las bendiciones) como Jadiyah o Aishah, o sus hijas como Fátima o sus parientes (Dios se complazca de ellos). Tampoco hay ningún capítulo con el nombre de la familia del Profeta, sino todo lo contrario, ya que existe un capítulo en el que se hace un repudio a uno de sus familiares cercanos, su tío paterno Abu Lahab, el cual el sagrado Corán condena como uno de los moradores del Infierno.

Esto es una prueba indica la veracidad de su Mensaje, la realidad de su Profecía, ya que es toda revelación que le era inspirada y no cosas que el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) escribía por cuenta propia. Si él lo hubiese escrito, habrían podido encontrar en dichas escrituras asuntos acerca de su familia que hubiera ocultado para que no se supieran, como por ejemplo, esta que acabo de mencionar.

El Mensajero de Dios (con él sea la paz y las bendiciones) elogia a María (con ella sea la paz) y atestiguó acerca de su importancia y grandeza como mujer en su época diciendo: “Las mejores mujeres del mundo fueron María, la hija de ´Imrán, Jadiyah la hija de Juweilid, Fátima la hija de Muhammad y Asia la esposa del Faraón”.

El Mensajero de Dios (con él sea la paz y bendiciones) mencionó que la plenitud humana en el género masculino la lograron muchos hombres, pero en el caso de las mujeres la habían alcanzado tres: “María la hija de ´Imrán, Asia la esposa del Faraón y Jadiyah la hija de Juwelid, y Aishah es superior al resto de las mujeres como la avena lo es sobre el resto de los alimentos”.

El Profeta (con él sea la paz y las bendiciones), atestiguo que ella sería la mejor mujer del Paraíso cuando dijo: “La mejor de las mujeres en la gente del paraíso será Jadiya bint Jwelid, Fátima bint Muhammad, María la hija de Imran y Asia la esposa del Faraón”.